Bitácora de viaje:
Venecia #2
20 de Enero de 2022
Segundo día en Venecia, y la verdad, estoy muy contento. Cansado, sí, pero contento.
Venecia es una ciudad que te permite explorar, descubrir por tu cuenta. Parece complicado en esta era de la información en que vivimos, pero de vez en cuando, no depender de la tecnología, más que un problema es un regalo.
Pese a que mi intención de buena mañana era visitar la Basílica de San Marcos por dentro (cosa que ayer no tuve tiempo), finalmente no ha podido ser. Estaba habiendo una especie de investidura de policías dentro de la basílica, por lo que hasta las 12 del medio día no dejaban entrar al público. Así pues, he decidido ir a explorar un poco más de los alrededores.
Por la propia estructura de Venecia, muy marcada por los canales y los edificios bajos, permite ver a lo lejos, sobre todo aquellos edificios que más destacan, como algunas iglesias y torres. Por ello, al ver diferentes cúpulas por la ciudad, simplemente, he decidido avanzar hacia allí. Sin mirar el camino a seguir. Sin saber hacia donde me estaba dirigiendo. Esto, por un lado, ha hecho que seguramente no tomara el camino más rápido. Ningún drama. También ha hecho que me fije más por donde voy, y que descubra cosas que, de otra manera, seguramente me hubieran pasado por alto. Creo que aquí está una esencia importante de los viajes.
Venecia, tal y como la estoy conociendo, me está permitiendo sentirme un explorador. Y esto, amigos, no tiene precio.
Finalmente, he conseguido visitar la basílica. Solo el hecho de pensar que puedo haber estado delante de los restos de Alejandro el Grande, el día de hoy ya ha valido la pena. Por dentro, que decir tiene, es un lugar impresionante.
Mi día ha sido fructífero, sobre todo en pasos. Tras una buena comida, he seguido caminando, sin rumbo, dejándome sorprender. Al fin y al cabo, creo que en esto consiste viajar.
Mañana último día. Os seguiré contando.
Besos a todos.