GORILAS, UN VIAJE HACIA NUESTRO PASADO

Hoy salimos de viaje para conocer a un miembro de la familia de nuestra especie, los misteriosos y fascinantes gorilas.

Aunque olvidada en muchos casos, nuestra especie esta ligada a la naturaleza y los diferentes ecosistemas de la Tierra como todas las demás. Y no solo me refiero a nuestra relación con el entorno. Nuestra herencia genética, nuestros antepasados, y el resto especies con los que los humanos compartimos familia, son un buen ejemplo de ello.

Como especie, pertenecemos a la familia Hominidae, la familia de los grandes simios. Y aunque a veces lo olvidamos, no estamos solos. Los humanos compartimos familia junto con los chimpancés, los orangutanes, y también con los grandes simios de los que os voy a hablar esta semana: los gorilas.

Por ello, hoy emprendemos un viaje que nos habla de nuestro pasado, pero también de nuestro presente, y de como hemos de aprender a convivir mejor, no solo con nuestros familiares más directos, sino con el resto de las especies de nuestro increíble e inabarcable planeta.

Lo que compartimos

Como siempre os digo: nuestro mundo inmenso y la variedad de vida que contiene, difícil de creer. Formas, colores, ecosistemas… si comparamos todas especies vivas que hay a nuestro alrededor, a veces es difícil pensar solo en todo aquello que nos une. Aunque es mucho.

Sin embargo, de entre todas las especies, nuestros hermanos directos, los grandes simios, son seguramente una de las que más nos llaman la atención y con quienes más compartimos, claro.

Antes de entrar en similitudes concretas, lo primero que hemos de entender es que seres humanos y gorilas, venimos del mismo lugar. Sí, sin duda ninguna: compartimos ancestros comunes. Como hemos dicho, pertenecemos a la misma familia de grandes primates, y situamos nuestro ancestro en común hace entre 8 y 10 millones de años. Será en este momento cuando se darán dos líneas diferentes: una que es la que seguirán los gorilas hasta como los conocemos hoy en día, y otra rama que se dividió nuevamente hace entre 5 y 7 millones de años. El punto donde evolucionarán los chimpancés y los bonobos por un lado, y los seres humanos por otro.

Es esta relación la que explica por qué compartimos casi el 98% de nuestro ADN con los gorilas 🙂. Esto, claro, nos lleva en consecuencia a tener muchos comportamientos y también un estructura física muy parecida entre nosotros.

La estructura cerebral, por ejemplo, aunque con diferencias de tamaño, es muy similar a la nuestra, de igual manera el sistema digestivo. También en cuanto a comportamiento. Se trata de animales sociales, ¡y también muy expresivos! Los gorilas tienen una amplia gama de expresiones faciales, posturas, gestos increíblemente parecidos a los nuestros. Además, y seguramente esto es lo más importante, sus manos tienen, igual que las nuestras, el pulgar contrapuesto. Esto, al igual que a los humanos primitivos, les permite crear y utilizar herramientas rudimentarias, algo muy poco común en el mundo animal.

Pero no nos adelantemos.

¿Cómo son los gorilas?

Más allá de pertenecer a la familia de los simios, los gorilas tienen una serie de características muy concretas que vale la pena conocer para entender mejor a esta especie:

• Pueden llegar a medir hasta 1.80m y tienen una media de peso de unos 200kg
• Pese a que se mueven principalmente a cuatro patas, sobre sus nudillos, también son capaces de andar solo con dos piernas. Eso sí, distancias cortas.
• Tienen muy buen olfato, un gran oído y también muy buena visión, similar a la humana.
• Son animales muy inteligentes, como hemos visto capaces incluso de utilizar herramientas, además de aprender y solucionar problemas.
• Las hembras tienen una gestación de 8,5 meses.
• Se trata de uno de los animales más longevos, pudiendo llegar a vivir hasta 45 años en libertad.
• Los gorilas poseen lo que se conocer como dimorfismo sexual, es decir, que los machos son sensiblemente más grandes que las hembras. Además, en la edad adulta, los machos desarrollan el característico pelaje plateado en la espalda.

Ahora bien, más allá de las características físicas y motoras, creo que también es interesante entender como funcionan a nivel social.

La sociedad gorila

Los gorilas tienen una estructura social compleja. Viven en grupos familiares llamados «tropas», que normalmente constan de 2 a 20 individuos. Cada tropa está liderada por un macho alfa, que se encarga de proteger al grupo, tomar decisiones sobre movimientos y actividades y, muy importante, ser el principal reproductor con el resto de hembras. El resto del grupo suele incluir varias hembras adultas con sus crías y algunos machos jóvenes o «espaldas negras».

Pese a lo que pueda parecer, las relaciones dentro del grupo son normalmente pacíficas, con fuertes vínculos entre todos los miembros. Además, como os decía antes, los gorilas son muy expresivos, por lo que la comunicación tiene un papel crucial. Utilizan una gran variedad de sonidos, expresiones faciales, posturas corporales , así como el característico golpeo de pecho.

Los jóvenes machos eventualmente abandonan el grupo al alcanzar la madurez, mientras que las hembras pueden transferirse entre grupos. Esta estructura social ayuda a los gorilas a sobrevivir en su hábitat natural, proporcionando protección, facilitando la reproducción y permitiendo la transmisión de conocimientos entre ellos.

Donde viven los Gorilas

Otra de las grandes preguntas es donde se encuentran actualmente. Y es que, en libertad, gorilas solo existen en África, y además en dos regiones muy concretas que a la vez dividen a los gorilas en dos subespecies.

Por un lado, el gorila occidental se encuentra principalmente en las selvas tropicales de países como Camerún, Gabón, Congo, Guinea Ecuatorial y República Centroafricana. Sin embargo, esta subespecie puede encontrarse también en las orillas del río Cross, en la frontera entre Nigeria y Camerún.

Por otro, encontramos el gorila oriental, seguramente lo más famosos por que son los más fáciles de avistar. Estos gorilas son famosos por habitar las montañas Virunga, una cadena montañosa entre Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo. El lugar más emblemático es la que se conoce como la Selva Impenetrable de Bwindi, en Uganda.

Como veis, su hábitat varía entre las selvas tropicales occidentales, hasta las montañas y bosques de la parte oriental del continente, en ambos casos, lugares donde los gorilas encuentran alimento y también protección. Una protección que, tristemente, hace referencia a nuestra especie.

Gorilas en peligro de extinción

Tristemente, los gorilas son otra de las especies que se encuentran al borde de la extinción, y no podemos eludir responsabilidades, ya que el principal de los factores es el humano.

La caza furtiva es una de las amenazas más serias. A pesar de estar protegidos por leyes nacionales e internacionales, los gorilas son cazados, tanto por su carne, como también para el comercio ilegal de partes de su cuerpo.

La pérdida de hábitat es otro factor que están acabando con las poblaciones de gorilas. Tanto la expansión de la agricultura como la tala de los bosques y selvas están dejando a los gorilas sin refugios naturales ni alimento. Además, con la fragmentación de sus hábitats también se están aislando a las diferentes poblaciones, lo que a su vez reduce su diversidad genética de la especie, exponiéndolos a enfermedades como el ébola. Y es que se cree que los diferentes brotes de esta enfermedad han acabado con la vida de casi 5000 gorilas en los últimos años. Un auténtico desastre.

Pero no todo es negativo.

Existen muchos programas de conservación en los diferentes países donde viven los gorilas. Desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), o el Instituto Dian Fossey, que continua con el legado de la primatóloga americana, muchas organizaciones trabajan par ala protección de esta especie y sus hábitats. Su trabajo consiste tanto en educar a las poblaciones locales como en la lucha contra la caza furtiva. Además, se trabaja también juntamente con el turismo para que esta actividad, como veremos ahora, tenga un impacto positivo en la protección y la preservación de las poblaciones de gorilas.

Viajes para avistar Gorilas

Y es que no hemos de olvidar que el turismo puede ser un motor positivo en la preservación y la conservación de los espacios naturales. Al fin y al cabo, si trabajamos y viajamos fomentando tanto la sostenibilidad, como también las economías locales de los países que visitamos, estamos también fomentando el desarrollo de estas partes del mundo. Algo fundamental para avanzar también en la protección del medio ambiente y las especies animales.

Pero vayamos al grano: ¿a donde debo viajar si quiero ver gorilas en libertad? Pues bien, las rutas más famosas y accesibles son desde Rwanda y, sobre todo, Uganda.

En el caso de Rwanda el lugar por excelencia es el Parque Nacional de los Volcanes, al noroeste del país, un territorio que se extiende también por Uganda y la República Democrática del Congo.

Pero sin duda, el lugar más famoso para el avistamiento de gorilas en liberta es el conocido como el Bosque Impenetrable de Bwindi, en Uganda. Se trata de una inmensa y densa selva que se ha hecho famosa por albergar una de las mayores poblaciones de gorilas de montaña. Sin duda, uno de los mejores lugares para realizar los trekkings de gorilas. Siempre acompañados con un guía experto del parque, se trata de excursiones de varias horas a través de la selva en busca de estos increíbles animales. Por supuesto existen y deben seguirse unas normas muy estrictas de avistamiento. Todo con tal de no alterar el entorno natural ni la vida de los gorilas. Sin duda, una de las experiencias de viaje más impactantes que se pueden tener.

Al fin y al cabo, un viaje para conocer a los gorilas es un viaje en el tiempo. Una experiencia para conocer nuestro propio pasado, y también un recordatorio de todo lo que compartimos. No solo con los gorilas, sino con todas las especies animales de nuestro planeta.

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