HARISSA, LA VIRGEN DE TODOS LOS LIBANESES
Viajamos al Líbano para conocer a Harissa, la virgen de todos los libaneses.
Si hay algo que define al Líbano es su diversidad, de eso no hay duda. Y es que, pese a los conflictos y crisis que ha superado, es esta una tierra de entendimiento, pues no hay más remedio. En el Líbano conviven tres grandes religiones: Islam (tanto chií como suní); Cristianismo, mayoritariamente de la rama maronita; y drusa, una religión abrahámica basada en las enseñanzas de Hamza ibn Ali ibn Ahmad. Todas ellas están más o menos concentradas en diferentes regiones de este pequeño país y, en la actualidad, todas ellas conviven pacíficamente. Es importante sentar esta base antes de continuar, ya que la realidad del Líbano no es fácil de comprender de entrada.
Nuestra Señora del Líbano, Harissa
Harissa se encuentra a escasos 30 kilómetros de Beirut, una pequeña localidad a 500 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera del Monte Líbano.
En 1904, en conmemoración del 50 aniversario de la Proclamación de la Inmaculada concepción*1, Pío IX y Elias Hoayek, el papa de la Iglesia católica y el patriarca de la maronita, respectivamente, inauguraron el Santuario de la Virgen de Harisssa, anunciando ese día como el de Nuestra Señora del Líbano.
El dogma de la inmaculada concepción fue proclamado en 1854, y sostiene que la virgen María estuvo libre de pecado el momento de la concepción de Jesús.
Hoy en día Harissa es una de las paradas obligatorias si estáis pensando en realizar un viaje al Líbano. Se trata de uno de los santuarios más importantes de la región, donde se congregan practicantes de todas las religiones. En el lugar reina una atmósfera digna de su propósito, un lugar de recogimiento y meditación. Además, por su ubicación en el Monte Líbano, el santuario ofrece unas vistas de toda la línea de la costa realmente impresionantes.