LAS IGLESIAS DE QUITO
«Las iglesias de Quito son uno de los elementos que más abundan en la ciudad (hay unas cuantas), y resultan además uno de sus puntos más interesantes.»
Queridos y queridas. Esta semana vamos a hablar de las Iglesias de Quito. ¿Por qué? Pues porque me estaba planteando escribir un artículo sobre qué ver en Quito, pero me he dado cuenta de que el tema es tan amplio que hacer un único post sería pasarse. Pasarse de largo, de chapa y de todo. Y no merece la pena, la verdad. Por ello, como vengo haciendo ya en este blog de viajes, vamos a segmentar.
Las iglesias de Quito son uno de los elementos que más abundan en la ciudad (hay unas cuantas), y resultan además uno de sus puntos más interesantes. No me refiero solo al interés litúrgico que algunos puedan tener, no, sino por la propia arquitectura de las construcciones.
Quito y sus cosas
Quito, como bien sabéis la capital de Ecuador, es la puerta de entrada al país. Cualquiera que se esté planteando un viaje a Ecuador sabe que tiene y debe visitarlo. ¿por qué? Porque es una ciudad impresionante. No solo por su extensión (es enorme), no solo por su ubicación (es una de las capitales más altas del mundo, 3000 m.s.n.m), ni tampoco por sus gentes (quito es igual a diversidad étnica y cultural) … y podría continuar con los “y no solo”, pero ya me habéis entendido.
En el artículo de hoy vamos a hacer un repaso am las principales Iglesias de Quito. Así que, vayamos por partes.
¿Qué iglesias ver en Quito?
Pues a ver, es una pregunta un tanto especial. Si me preguntáis a mi, diría 4, 5 como mucho. En total hay más de 40 iglesias y capillas repartidas por toda la ciudad. Seamos sinceros: mucho te tienen que gustar las iglesias para que las veas todas. Si es así, lo siento amigo, este no es tu blog de viajes.
Bromas a parte, Quito tiene mucho que ofrecer además de iglesias, por lo que en una estancia de 2 o 3 días, en el contexto de un viaje a Ecuador, creo que estas cuatro son las que mejor expresan la esencia colonial de la ciudad y todo lo que estas construcciones representan.
Lejos de un titular como “Las 10 iglesias que ver en Quito”, aquí vamos a ver 4. Y punto. Vamos a ello.
Iglesia de la Compañía
La iglesia de La Compañía es una de las más famosas y visitadas iglesias del Centro histórico de Quito. Esta iglesia está completamente ligada a la historia de los jesuitas en Ecuador y en el continente americano. Así que vayamos por partes.
Los jesuitas llegaron a Quito sobre el 1586, para “amablemente” predicar la fe en Jesucristo y de paso construir una iglesia, un colegio y un monasterio (colonización eclesiástica en estado puro vamos). Pero los buenos de los jesuitas no eran los únicos, por supuesto. Varias órdenes más, como los franciscanos, los dominicos o los agustinos se disputaban los diferentes terrenos de la ciudad para construir sus cosas. Total, que al final a los jesuitas les toco el terreno al sur de la catedral de Quito. Aunque el espacio era pequeñito, poco a poco, durante los siguientes años, los jesuitas fueron comprando más y más terreno, hasta que tuvieron el suficiente como para construir todo lo que necesitaban para evangelizar “voluntariamente”.
Se empezó a construir en 1597 y fue acabada en 1765. Además, hablando claro, costó un riñón. No sólo el tamaño de la misma sino por la envergadura, calidad y belleza de las tallas de piedra que la componen. El bueno de Felipe V, desde Madrid, consciente de lo que estaba costando aquello, llegó a pensar que su envergadura debía ser tal que acabaría pudiendo verla desde casa. Al final fue que no.
Visitadla. Os gusten las iglesias o no, pues el exterior es alucinante. La fachada, tallada en piedra volcánica es una obra barroca sin precedentes ni igual, de verdad. Su interior también vale mucho la pena, sobre todo para ver con que humildad vinieron a América los jesuitas, con un templo decorado completamente con láminas de oro. Casi nada.
Iglesia de San Francisco
La Iglesia de San Francisco, segunda joyita de la ciudad y también otro de los símbolos. Sobre todo, del casco antiguo.
Se encuentra justo en el medio del centro histórico de Quito, así que es imposible no verla. No solo por su ubicación, sino también por su tamaño (¡es enorme!). Por supuesto, su historia no tampoco deja nada que desear.
La iglesia de San Francisco está construida en el terreno donde estaba el palacio real del Inca Huayna Capac, el padre de Atahualpa, el último soberano inca. Uno de sus generales, al ver que los ejércitos españoles que venían del sur eran imparables, decidió destruir la ciudad entera incendiándola. Palacio incluido. El convento de San Francisco se construyó sobre las ruinas, sobre el 1537, una construcción que duró hasta 1680, casi 150 años. Al igual que en el caso anterior, también esta iglesia pertenecía a una orden, en este caso a los franciscanos.
Los franciscanos, cuando llegaron a la ciudad, decidieron comprar y construir aquí su iglesia por el importante valor simbólico que tenían estos terrenos: fueron asentamientos militares de las tropas imperiales incas. Como venían a evangelizar consideraron conveniente y de buen gusto ponerse encima de su antigua cultura. Típico de la sensibilidad imperialista de la época.
Hoy en día su visita, lejos de recordar una antigua masacre, es algo bastante recomendado. No solo por la iglesia en sí, sino por la plaza. Me encanta la verdad, es uno de los centros más animados de Quito y donde puedes percibir su esencia. El interior, al igual que los amigos jesuitas, también es muy modesto (sarcasmo), pero la verdad es que vale la pena entrar.
Catedral Metropolitana de Quito
La Catedral Metropolitana de Quito no es quizá tan espectacular como las anterior, pero su historia y ubicación bien la hacen merecedora de una visita.
Cuando se fundó la ciudad y, como hemos visto, cada orden se repartió los territorios para evangelizar a saco, se decidió que la Catedral iría en el sector de la que sería la plaza mayor de Quito. En 1562 construyeron una primera construcción con adobe, madera y los techos de paja, para tener un lugar para los fieles de manera provisional.
Una vez se decidió que aquí iba a ubicarse el obispado (o sea que iba a pasar de iglesia a catedral) empezaron también los planes para levantar un edificio más molón y en mejores condiciones. Por la gracia de dios, construyeron la catedral en piedra. Sin embargo, los terremotos y erupciones volcánicas de 1660, 1755, 1797 y 1868, podrían haberse interpretado como señales de que dios igual no estaba tan contento. Pero no fue así. Durante todos estos siglos hasta la actualidad, la Catedral Metropolitana de Quito a experimentado diferentes reconstrucciones hasta el edificio que conocemos hoy en día.
Además de su visita exterior, de nuevo, los interiores se hicieron de manera modesta y austera. Totalmente en concordancia con el estilo colonialista de la época: tallas cubiertas con pan de oro.
Basílica Nacional de Quito
También conocida como Basílica del Voto Nacional o de la Consagración de Jesús, o Basílica de San Juan (ya sabéis que con el bautizo se ponen un par o tres de nombres extra).
Este, amigos, es uno de los templos más grandes de América y el más alto de toda América del sur. Se trata de un edificio precioso, y que, con los años, también se ha convertido en uno de los símbolos turísticos de la ciudad.
A diferencia de las anteriores, este edificio es contemporáneo, y construido ya tras la independencia de la República de Ecuador. Un diputado propuso su construcción en recuerdo de la consagración del país al “Sagrado corazón de Jesús”. La gente estuvo de acuerdo, así que, adelante. El proyecto se llevó a cabo por un arquitecto francés y se terminó en 1924.