Comparar religiones nunca es fácil. La diversificación de la fe alrededor del mundo ha dado lugar, a lo largo de la historia, a innumerables conflictos religiosos, pero también un sentimiento de incomprensión hacia lo diferente que en muchas ocasiones se basa en el desconocimiento. En nuestros días, y sobre todo en relación al Islam, la sociedad occidental muestra claras reticencias a intentar comprender que es exactamente el Islam, que es lo que predica y como no se aleja tanto de otras religiones mayoritarias como el cristianismo y el judaísmo, compartiendo incluso un pasado común en muchos de sus rasgos.
El Islam es la más moderna de las religiones mundiales y está basada en el monoteísmo, la unidad con Alá, y su participación en los actos diarios de los fieles. La palabra Islam significa “entrega a Dios”, y sus enseñanzas están recogidas en el Corán, el libro donde se plasmaron las enseñanzas directas de Dios, a través del arcángel Gabriel al profeta, Mahoma (Muhammad en árabe), el fundador del Islam.
Orígenes del islam
Mahoma nació en la Meca sobre el año 570 de nuestra era. Durante su juventud se dedicó a guardar rebaños en el desierto, hasta que empezó a trabajar dirigiendo caravanas, lo que hizo que se aventurara en viajes y empezara a tener los primeros contactos con las creencias judías y cristianas de la zona, así como también con los hanifas, devotos árabes que intentaban transmitir la superación del politeísmo, enseñando la creencia en un solo dios.
La revelación de Mahoma, tal y como se relata en el Corán, se dio a los 40 años de edad, cuando el arcángel Gabriel se le apareció en un sueño y le entregó un libro para que lo leyera. Al despertar Mahoma sintió que se había grabado un escrito en su corazón, y Gabriel le anunció que él sería el profeta de Dios. Después de un periodo de sufrimiento ante tal prueba, aceptó el llamamiento. Se estima que fue alrededor del año 610 de nuestra era cuando Mahoma empezó como predicador en la Meca, cargando contra la corrupción de las costumbres, la indiferencia religiosa y la laxitud social. El profeta predicaba un estilo de vida que agradara a Dios, basado en un monoteísmo estricto. Sólo existía un Dios, único soberano de la Kaaba, el gran santuario sagrado de la Meca. Muchos de los habitantes de la ciudad acabaron considerándolo una amenaza para su modo de vida, sobre todo comerciantes, judíos y critistianos, lo que hizo que poco a poco creciera la hostilidad hacia él y sus seguidores. Finalmente, fue expulsado de la ciudad, a la vez que su fama crecía e iba ganando nuevos aliados.
Los siguientes años estuvieron marcados por el crecimiento de Mahoma como profeta. De una predicador radical, paso a ser un astuto hombre de estado que aprovechó la buena acogida que tuvo en la ciudad de Medina, para poco a poco, convertirse en uno de los hombres más influyentes de la ciudad. Estos años también sirvieron para dar forma a la religión islámica, destacando la importancia que le dio a la Kaaba, como un santuario erigido por Abraham y su hijo Ismael para el culto monoteísta.
Acumulado suficiente poder, Mahoma aprovechó también la tensión existente entre ambas ciudades, Medina y la Meca, llegando finalmente a una batalla abierta contra la segunda, de cuya derrota resulto herido. En el año 630, marchó de nuevo contra la Meca, para convertir sus santuario en sede del islam. Una vez que la ciudad se hubo rendido, el profeta siguió viviendo en Medina, desde donde empezaría a extender la religión islámica por la región. Inició en aquella época, concretamente en el 632, la primera peregrinación a la Kaaba (hadj), constituyéndose así el aun actual modelo de peregrinación musulmana. Ese mismo año, mientras preparaba las campañas militares contra Bizancio y Persia, Mahoma enfermó y falleció, el 8 de junio del 632. Hay que destacar las dos facetas, diferenciadas en sus dos etapas de vida, que tuvo Mahoma como profeta: por un lado la de un predicador en la Meca, ocupándose de cuestiones relacionadas con Dios y la fe, y por otra la de hombre de estado, moldeado durante su etapa en Medina, donde estableció las convenciones sociales y legales de la vida musulmana así como los preceptos que debían seguir los fieles.
El Corán
El Corán es el libro sagrado de los fieles musulmanes, donde está escrita la revelación directa de Dios tal y como Mahoma la enseñó a los hombres. Está compuesto por 114 suras (capítulos), que se originan de los diferentes periodos de predicación de Mahoma, aunque no están ordenados cronológicamente, lo cual, en ocasiones, lleva a tesis contradictorias. Dentro del libro pueden diferenciarse 4 etapas marcadas, referentes a los diferentes periodos de predicación de Mahoma. Tres de ellos hacen referencia a su etapa en La Meca hasta la hégira (huída), el cuarto corresponde a su etapa en Medina. Tras la muerte de Mahoma en el 632, se da por cerrada la revelación divina. Los tres primeros califas, tras su muerte, recopilaron y sistematizaron las diferentes enseñanzas del profeta, siendo el cuarto Califa, Utmán (644 – 656) quien presentará el Corán en la versión que conocemos aun hoy en día.
Sin embargo, dada la importancia del islam, no sólo como fe, sino como doctrina a aplicar en todos los aspectos de la vida musulmana, el Corán presentaba problemas de interpretación para determinadas situaciones. Las enseñanzas plasmadas en el libro sagrado, se complementaban con los llamados hadiz, las enseñanzas del profeta, según el modelo de vida que había llevado y que estaban expuestas a la interpretación. Así pues, las “colecciones de hadiz”, no sólo son comentarios del Corán, sino también interpretaciones y colecciones documentales para todos aquellos problemas jurídicos de la vida cotidiana que debían solucionarse según el ejemplo de la vida del profeta y sus seguidores.
Las cinco columnas del Islam
El islam se apoya, en lo que refiere al culto, en cinco pilares básicos de funcionamiento:
- Shahada o la confesión de fe como un acto público y visible. Con este acto público, formulado delante de testigos, la persona se convierte a islam, entrando dentro de la comunidad, vinculo que no puede romperse y cuyo rechazo se castiga con la muerte.
- Salat o el deber de oración. Todo musulmán debe orar a determinadas horas al día (mañana, mediodía, tarde, ocaso y noche). La persona debe encontrarse en una situación de pureza, lo que se consigue mediante ciertos rituales de lavado. La orientación de la oración debe dirigirse hacia le Meca, concretamente hacia la Kaaba negra.
- Zaqat o dar limosna. Todo musulman debe compartir su riqueza con los menos favorecidos, no como un acto de voluntad, como podría ocurrir en el cristianismo, sino como un deber religioso.
- Ramadán. Durante todo el mes santo, el noveno dentro del año islámico musulmán, los creyentes deben abstenerse de comer, beber, fumar y practicar sexo durante las horas luz. Se trata de un ritual de purificación y autodisciplina.
- Hadj o la peregrinación. Constituye el quinto pilar de la fe islámica, y representa el deber de todo musulman de, al menos una vez en la vida, y siempre que las condiciones lo permitan, peregrinar a la Meca y sus alrededores, a los lugares santos donde Mahoma ejerció su labor, teniendo como centro la Kaaba negra de la Meca.
El islam tiene un carácter profundamente monoteísta, y la mayor lucha que libró fue contra el politeísmo desde la época de Mahoma. Dios es único, no ha sido engendrado ni ha tenido descendencia, ni tampoco hay nada ni nadie a su lado. Por ello, empezaron a surgir conflictos con los cristianos y su concepción de Jesús como el hijo de Dios (a pesar del profundo respeto y veneración que el Corán dedica a Jesús).