LOS MONASTERIOS DEL MONTE ATHOS, GRECIA
«Salimos de viaje a Grecia para conocer una de las salvaguardas de la vida monástica y el mundo ortodoxo: los Monasterios del Monte Athos»
Salimos de viaje para adentrarnos, una vez más, en mi querida Grecia. Y es que, pese a que se trata de un destino relativamente visitado, aún existe mucho desconocimiento sobre lo que este país mediterráneo puedo ofrecer. No nos engañemos, es difícil no relacionar Grecia con, por un lado, Atenas y la Acrópolis, o por otro con sus islas y playas. Sin embargo, en su interior, en la llamada Grecia continental, es para mí donde se encuentran las partes más interesantes del país heleno.
Hoy os llevo de viaje al norte de Grecia, para conocer un rincón muy especial, un lugar, como tantos, donde el tiempo parece haberse detenido, custodiado por monjes ortodoxos y sus siglos de historia y tradición. Hoy vamos a conocer el Monasterio del Monte Athos.
También conocido como la “Santa Montaña”, este lugar ha sido durante más de un milenio un santuario para los monjes ortodoxos orientales. Pero no nos adelantemos. Como siempre, vayamos por partes.
Como ya es habitual en estas líneas, para entender este lugar nos hemos de remontar en su historia ya que, además, constituye una parte fundamental de su encanto.
Historia de los Monasterios del Monte Athos
La historia de Monte Athos comienza alrededor del año 800 D.C., cuando los primeros ermitaños comenzaron a llegar en busca de un lugar de retiro y oración. Estos primeros monjes vivían en cuevas y chozas, y llevaban una vida de aislamiento y dedicación a la espiritualidad.
Sin embargo, fue en el siglo X cuando la vida monástica en Monte Athos empezó a organizarse de manera más formal. Durante este período, el emperador bizantino Nicéforo II Focas donó la península a la Virgen María y emitió un edicto protegiendo el sitio y permitiendo la construcción de monasterios. Esto fue un punto de inflexión importante que hay que entender, pues sus repercusiones siguen vigentes hoy en día. Al “donarse” este territorio a la Virgen María surgió la creencia de que toda la península era una especie de Jardín de la virgen, una “montaña virgen”. Por ello, se prohibió el acceso a ninguna mujer (incluidos animales domésticos hembras, tela). La idea era preservar el lugar como refugio para la vida contemplativa de los hombres lejos de las tentaciones de la carne. ¿Por qué digo que esto es importante? Porque esta prohibición sigue vigente hoy en día.
Pero sigamos.
En los siglos siguientes, la «Santa Montaña» atrajo a monjes de todas partes del Imperio Bizantino. Monasterios de todas las formas y tamaños comenzaron a surgir, algunos de los cuales siguen en pie hoy en día. Y es que, como tantos otros lugares de culto, a pesar de las innumerables dificultades, incluyendo ataques piratas, invasiones otomanas y desastres naturales, los monjes perseveraron, manteniendo su forma de vida y preservando su rico patrimonio de manuscritos y artefactos religiosos. Hemos visto otros ejemplos de esto. Sin ir más lejos, la semana pasada, hable en el podcast sobre el Monasterio de Rila, cuya historia de resistencia se asemeja mucho a esta.
Las creencias religiosas siguen representando uno de los valores fundamentales para la mayoría de sociedades de nuestro mundo y, la fe, un pilar que hombres y mujeres han defendido y preservado. Este es un buen ejemplo.
Hoy en día, Monte Athos alberga 20 monasterios principales, así como muchas sketes (pequeñas comunidades monásticas), celdas y ermitas, y sigue siendo un lugar de profunda espiritualidad. Aunque es autónoma y se rige por su propio parlamento monástico, la «Santa Montaña» sigue siendo una parte integral de la Iglesia Ortodoxa Oriental.
Visitar los Monasterios del Monte Athos
Hay que tener en cuenta diferentes cosas a la hora de visitar los Monasterios del Monte Athos, concretamente dos:
¿Como llegar?
Si os decidís a visitarlo (teniendo en cuenta las limitaciones anteriores, o lo que es lo mismo, excepto si eres mujer), lo normal es que lo hagáis desde la zona norte (Tesalónica es la ciudad más importante). Desde allí, hay que llegar hasta Ouranonupoli, desde donde podréis tomar un ferry hasta Dafni (unas 2 horas) desde donde podréis tomar alguno de los buses a los diferentes monasterios.
Otra cosa esencial que hay que tener en cuenta es que necesitarás un «Diamonitirion», un permiso de entrada especial. Esto se debe a que el número de visitantes diarios está limitado. Se puede pedir con antelación en la Oficina de Peregrinos del Monte Athos (hay oficinas tanto en Tesalónica como en Ouranoupoli).
Monasterios más importantes
Una vez allí, la vida monástica te acogerá con los brazos abiertos. Podréis uniros a los monjes en sus oraciones diarias, disfrutar de su comida vegetariana e incluso alojaros en uno de los monasterios. Ahora bien, si queréis hacer una selección, estos son los más importantes:
1. Monasterio de la Gran Laura: Como el primer monasterio fundado en Monte Athos, el Monasterio de la Gran Laura tiene un lugar especial en la historia de la «Santa Montaña». Fundado en el año 963 por San Atanasio el Athonita, es el monasterio más grande y antiguo. Alberga reliquias como el manto de la Virgen María y la mano derecha de San Juan Bautista.
2. Monasterio de Vatopedi: Este monasterio del siglo X es uno de los más grandes y prestigiosos en la península. Es famoso por su impresionante colección de reliquias, iconos y manuscritos. La «cintura de la Virgen María», una de las reliquias más veneradas, dicen que se encuentra aquí.
3. Monasterio de Iviron: Monasterio fundado en el siglo X por monjes georgianos y que conserva una fuerte influencia de esta cultura. Es famoso por su «Portaïtissa», un icónico icono de la Virgen María.
4. Monasterio de Hilandar: Monasterio fundado en el siglo XII por Stefan Nemanja, el fundador de la dinastía serbia medieval. Hilandar tiene una gran importancia para los serbios y ha sido fundamental en la preservación de la herencia cultural y espiritual serbia.
*Os he especificado 4 de los 20 que hay, para no extenderme con la historia de todos.
Además, si tenéis la suerte de visitar alguno de ellos durante una festividad ortodoxa, encontraréis una experiencia cultural muy potente.
Visitar Monte Athos no es una excursión típica de vacaciones, hay que tenerlo claro. Se trata de un lugar sagrado, con unas costumbres (y restricciones) propias. Si podéis visitarlo, este es un viaje en el tiempo, una oportunidad para la introspección y una inmersión en una tradición que ha resistido el paso de los siglos.
Como siempre, espero que os haya gustado. Si os ha resultado útil o creéis que le puede servir a alguien, podéis compartirlo con vuestros amigos. ¡También, os animo a que os paséis por el podcast de Objetivo Horizonte, para escuchar alguno de los viajes en los nos aventuramos!