¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN BIRMANIA?
«Hoy analizamos qué está pasando en Birmania. La historia de un país en su camino hacia la paz, la libertad y la democracia»
Birmania es uno de esos países de los que muchos hemos oído hablar, pero que pocos, por desgracia, han visitado. Como en muchos otros lugares del mundo, la situación de este país hace que no sea un lugar muy seguro para viajar por él. Una vez más, por culpa de sus gobernantes.
Sin embargo, hay mucho desconocimiento sobre que lo que está pasando en este país del sudeste asiático. Desde su colonización por parte de los británicos, pasando por su lucha por la independencia, y los cambios políticos que ha tenido desde entonces, la historia de Birmania es realmente compleja.
Por ello, hoy quiero que realicemos un viaje en la historia. Pero también un viaje porla actualidad, para conocer los antecedentes, el pasado reciente y el presente de la que hoy se conoce oficialmente como Myanmar.
La idea de este primer artículo del año es que consigamos tener un entendimiento lo más general posible de este país. No solo para entender su panorama histórico y político, sino también para poner luz en la realidad social y humanitaria que hoy configura la vida de este increíble país. Y que nos permita responder la pregunta de:
¿Qué está pasando en Birmania?
Historia de Birmania: de la colonización a la independencia.
Como ya es habitual, lo primero que tenemos que hacer para entender la situación actual es conocer sus antecedentes. La historia que nos ha llevado hasta aquí.
Por ello, hemos de entender que Birmania ha tenido a lo largo de los siglos una historia rica y multifacética. Ha estad marcada por los diferentes reinos que la han compuesto así como por una completa interacción cultural dentro de este territorio. Seguramente el más significativo fue el Imperio de Pagan, fundado en el siglo IX, y considerado el primer intento de unificar el país y l a identidad cultural birmana. Fue un imperio que floreció durante varios siglos y que dejó un legado cultural muy palpable en el país. Esto lo podemos ver en los miles de templos budistas de la llanura de Bagan, uno de los lugares más emblemáticos.
Sin embargo, para el propósito de hoy habremos de avanzar un poco más en la historia. Concretamente hasta el siglo XIX, con la llegada del periodo colonial británico.
Etapa colonial británica en Birmania
Esta etapa colonial se desarrollo en tres fases, cada una consecuencia de las Guerras Anglo-Birmanas que se produjeron en 1824, 1852 y 1885. ,.
Este primer capitulo de su historia es importante por que bajo el dominio británico, Birmania experimentó cambios muy significativos. Los británicos introdujeron un sistema de gobierno y una estructura jurídica basados en el modelo occidental. Esto reemplazó las prácticas tradicionales birmanas, lo que alteró no solo la administración pública, sino también las dinámicas sociales y culturales del país.
A nivel económico, la colonización llevó al país a convertirse en uno de los mayores exportadores del mundo de arroz y teca. Esto por supuesto, favoreció sobre todo a los intereses británicos y a una pequeña élite local. Mientras, la mayoría de la población no vió mejorar para nada sus condiciones de vida.
Todo esto como imaginaréis, tuvo un fuerte impacto social y cultural. Aunque mientras que algunas ciudades como Rangún se desarrollaron rápidamente, adoptando las características urbanas modernas, las regiones rurales permanecieron mayormente aisladas a todos estos cambios. La introducción del sistema educativo occidental y la llegada de misioneros cristianos también inició un proceso de occidentalización en ciertos sectores de la sociedad birmana. Pero como hemos dicho, muchos otros quedaron fuera.
Por ello, poco a poco, el descontento con el gobierno colonial fue creciendo, llevando al surgimiento de movimientos nacionalistas y de independencia.
Aung San y la independencia birmana
Entre todos estos movimientos nacionalistas hubo una figura clave en todo este proceso. Aung San, el activista político que acabaría convirtiéndose en el líder del movimiento independentista.
Nacido en 1915, ya desde joven destacó por su carisma y liderazgo. Su trayectoria política comenzó en la Universidad de Rangún, donde se involucró en el movimiento estudiantil y donde rápidamente empezó a destacar como un líder y un defensor de la independencia birmana. Fue una figura clave en la fundación de la Do Bama Asiayone, la Liga “Nosotros los Birmanos”. Se trató de un movimiento político que abogaba por la unión de los diferentes grupos étnicos de Birmania en la lucha por la independencia.
Si seguimos avanzando. Durante la segunda Guerra Mundial, tanto Aung San como otros líderes nacionalistas, decidieron en un principio aliarse con los japoneses en busca de un apoyo contra los británicos. Sin embargo, con el transcurrir de la guerra, y en vista de que Japón solo perseguía su propia expansión territorial, finalmente se cambiaron su alianza hacia el bando occidental. Este fue un movimiento que mostró la gran capacidad diplomática que tenía Aung San, quien tras la guerra, como líder del Consejo Ejecutivo de Birmania y del gobierno de transación, fue quien lideró las negociaciones para el fin del colonialismo británico y la independencia de Birmania.
Todos estos esfuerzos de Aung llegaron a su punto culminante con los que se conocieron como Acuerdos de Aung San-Attlee. Firmados en enero de 1947 entre Aung San y el Primer Ministro británico Clement Attlee, los acuerdos establecieron las bases para la transferencia de poder y el camino hacia la independencia de Birmania. Los acuerdos reconocieron el derecho de Birmania a la autodeterminación y establecieron un plan para un gobierno de transición. Esta estaría liderada por birmanos, y conduciría al país a la independencia plena.
Lamentablemente, Aung San nunca vería su sueño del todo cumplido. En julio de 1947, junto a varios de sus colaboradores, el líder birmano fue asesinado. El complot fue orquestado por U Waw, quien había sido primer ministro de Birmania durante la etapa colonial, y opositor político de Aung San. Pese a todo, Aung San sigue siendo recordado como el arquitecto de la independencia de Birmania. El hombre que puso las bases para el nacimiento de este estado moderno.
Pero sigamos avanzando.
Desafíos del nuevo estado de Birmania: primeros años
Los primeros años tras la independencia, como veremos, fueron bastante turbulentos. No solo por la muerte de Aung San, sino también por todos los desafíos que enfrentaba el país a nivel interno.
Diversidad étnica
Lo primero que hemos de entender es que en aquel momento Birmania tenía más de 100 grupos étnicos diferentes. Cada uno con sus propia lengua, tradiciones y prácticas culturales. Aunque esto implica una riqueza cultural brutal, en aquel momento también suponía un impedimento para la consolidación de una identidad cultural en construcción.
De hecho, muchos grupos étnicos, como los Karen, los Kachin o los Shan, entre otros, iniciaron movimientos de resistencia armada, bajo demandas de mayor autonomía y derechos políticos. Hay que entender estos movimientos como reacciones contra lo que percibían como una dominación de la mayoría birmana en el gobierno central. Los birmanos representaban entre el 60 y el 70% de la población, por lo que el otro 30 / 40 estaba formado grupos minoritarios.
Desafíos políticos
A nivel político, se intentó establecer un gobierno democrático. U Nu, otro líder independentista, fue le primer primer ministro desde 1948 y tuvo que lidiar con las negociaciones con estos grupos étnicos minoritarios que acabamos de comentar, la economía debilitada del país y, sobre todo, con el mantenimiento de la unidad nacional. Un clima de tensión en un país recién nacido que aun estaba falto de cohesión.
Por ello, todo esto desembocó en varios conflictos armados internos además de fracturas internas en el partido del gobierno. Esto, sumado a los problemas económicos y la percepción de corrupción e ineficiencia del gobierno por parte de la población, hizo que U Nu se viera incapaz de garantizar la estabilidad del país.
Por ello, en 1958, decidió entregar el poder a los militares con tal de garantizar la estabilidad en el país, de manera temporal, para reestablecer el orden. El control del estado paso a manos del general Ne Win, quien administraría el país hasta la celebración de nuevas elecciones. Estas se produjeron en 1960, otorgando de nuevo el poder a U Nu, pero continuando en con contexto de tensiones y problemas internos. Como consecuencia, en 1962, el mismo Ne Win lideró un golpe de Estado definitivo que instauraría un gobierno militar que duraría décadas.
Historia de Birmania en el siglo XX: Represión y democracia.
Desde ese momento se instauró en Birmania un nuevo régimen que se definió como la “Vía Birmana al Socialismo”. Se llamó así al conjunto de políticas y reformas económicas y sociales implementadas por el genera que buscaba establecer un sistema socialista basado en la peculiaridades sociales de Birmania. Alejándose así tanto de los modelos europeos como del soviético.
El gobierno nacionalizó industrias, bancos y empresas, dejando casi toda la actividad económica bajo control del estado. Se promovió la autarquía y el aislamiento, lo que pretendía erradicar la influencia y la explotación colonial, buscando un camino de desarrollo auto-sostenido. Sin embargo, como imaginaréis, todo esto comportó un declive económico y un deterioro de las condiciones de vida de Birmania. Lo que a su vez no hizo más que contribuir a la inestabilidad política y social del país.
El Levantamiento del 8888
En este contexto, en el 1988, se produjo uno de los episodios más traumáticos de la historia Birmana. El que se conoció como el Levantamiento del 8888. En este contexto del que hablábamos crisis económica y social, y las tensiones que supusieron, se produjo un evento que colmó el vaso. El gobierno, desmonetizó ciertos billetes en uso, lo que eliminó los ahorros de muchas familias birmanas. Esto desencadenó el descontento y la acumulación acumuladas durante años en la población.
Las protestas comenzaron como un movimiento estudiantil y rápidamente se convirtieron en un levantamiento social que implicó a todos los sectores de la sociedad birmana. Los manifestantes, que incluían desde estudiantes a monjes, trabajadores y todo tipo de ciudadanos, exigían el fin del gobierno militar y la reinstauración del sistema democrático. Fue durante estos levantamientos cuando Aung San Suu Kyi, la hija del héroe de la independencia birmana, empezó a destacar como figura pública con sus demandas de democracia y derechos humanos.
Sin embargo, y por desgracia, este levantamiento no se recuerda por su éxito. La respuesta del gobierno militar fue brutal. El 18 de septiembre de 1988 el ejercito llevó a cabo una sangrienta represión, matando a miles de persones. Esta masacre puso fin a las protestas, pero marco un punto de inflexión en la política birmana. Ne Win fue destituido por un nuevo consejo militar, el SPDC, aunque el régimen militar continuó.
Este levantamiento sigue siendo recordado por el pueblo birmano como un momento de gran valentía y sacrificio. Aunque fallido, fue un nuevo intento de asentar la democracia en Birmania, y consiguió elevar esta causa a nivel mundial.
El SPDC y el camino hacia la democracia
Bajo el liderazgo del general Than Shwe, el SPDC continuó las políticas autoritarias de sus predecesores, manteniendo un férreo control sobre el país y reprimiendo cualquier forma de resistencia. A pesar de su promesa de llevar a Birmania hacia una «disciplina democrática floreciente», la junta implementó pocas reformas y continuó con prácticas típicas de un gobierno represivo, con violaciones de los derechos humanos y una gestión económica desastrosa.
A nivel internacional, el país siguió aislado, enfrentando sanciones y condenas por violaciones de derechos humanos y su trato a las minorías étnicas.
Sin embargo, a finales de la primera década del siglo XXI, el SPDC comenzó a implementar una serie de reformas que sorprendieron a muchos observadores internacionales. En 2008, la junta llevó a cabo un referéndum para una nueva constitución, que aunque criticada por su falta de transparencia y procedimientos justos, se interpretó como un primer paso hacia el cambio. En 2010, se celebraron elecciones generales, las primeras en dos décadas, que llevaron a la creación de un gobierno nominalmente civil.
Estas elecciones, y la disolución del SPDC en 2011 marcaron el inicio de una transición de un régimen militar directo a una forma de gobierno semicivil. Aunque la estructura de poder seguía estando definida por un control significativo del ejército en el gobierno, este cambio abrió la puerta a una mayor participación política y a reformas económicas. La liberación de prisioneros políticos, incluida Aung San Suu Kyi, y la relativa liberalización de los medios de comunicación fueron pasos importantes hacia una mayor apertura política. Sin embargo, el camino hacia una democracia plena y estable seguía siendo incierto, con el ejército reteniendo un poder considerable y las tensiones étnicas y políticas continuando sin resolverse.
Aung San Suu Kyi
En este proceso, las elecciones de 2015 marcaron un antes y un después en la historia de Birmania. La Liga Nacional para la Democracia (NLD), liderada por Aung San Suu Kyi, ganó una victoria aplastante, obteniendo control de la mayoría de los escaños en ambas cámaras del parlamento. Este triunfo electoral marcó el fin de décadas de gobierno militar directo y fue celebrado como un avance significativo hacia la democracia del país.
Aung San Suu Kyi, quien había pasado casi 15 años en arresto domiciliario durante el régimen militar, y al igual que su padre décadas atrás, fue la cara visible de todo este proceso. Aunque la constitución, redactada por el ejército, le prohibía ser presidenta debido a sus hijos de nacionalidad extranjera, asumió el cargo de Consejera de Estado, y se convirtió en líder de facto del país. Su gobierno se centró en impulsar la democracia, la reconciliación étnica y el desarrollo económico, los grandes escollos de los que hemos hablado que históricamente habían afectado al país.
Sin embargo, su mandato no estuvo exento de controversias. La que recibiera el Premio Nobel de la Paz en 1991 por su defensa de la democracia, estuvo también en el centro de una de las crisis étnicas y humanitarias más importantes del mundo en los últimos años.
Crisis de los Rohigyas en 2017
Los Rohingya son una minoría musulmana en el estado de Rakhine de Birmania, que han sido objeto de discriminación y violencia durante décadas. Sin embargo, esta situación se intensificó drásticamente en 2017.
En agosto de 2017, después de ataques de un grupo militante Rohingya contra puestos de seguridad, el ejército de Birmania lanzó una operación de represalia brutal en Rakhine. Las fuerzas de seguridad fueron acusadas de cometer atrocidades generalizadas, incluyendo asesinatos masivos, violaciones, torturas y la quema de aldeas Rohingya. Las Naciones Unidas y varias organizaciones de derechos humanos describieron estas acciones como una «limpieza étnica» y posiblemente también un genocidio.
Más de 700,000 Rohingyas huyeron a Bangladesh, buscando refugio de la violencia . Los campamentos de refugiados en Bangladesh se convirtieron en algunos de los más grandes del mundo.
Esta crisis, no solo volvió a poner en el plano internacional la situación de los derechos humanos en Birmania- También generó críticas a la figura de Aung San Suu Kyi y su papel en los hechos.
Golpe de estado del 2021 y situación actual de Birmania
En las elecciones de noviembre de 2020, la NLD, liderada por Aung San Suu Kyi, obtuvo una victoria aplastante. Esto fue interpretado como un fuerte mandato popular para continuar con el proceso democrático. Sin embargo, el ejército, que seguía teniendo un poder significativo bajo la constitución de 2008, incluyendo el control automático de un cuarto de los escaños parlamentarios, cuestionó la legitimidad de los resultados electorales. Alegaron que se había producido fraude electoral generalizado, a pesar de la falta de pruebas creíbles y la confirmación de la legitimidad de las elecciones por observadores internacionales.
En este contexto, el 1 de febrero de 2021, el ejército ejecutó un golpe, deteniendo a Aung San Suu Kyi y a otros líderes de la NLD, y estableciendo, de nuevo un gobierno militar. Esto por supuesto fue ampliamente criticado a nivel internacional. Desató protestas masivas en todo el país, marcando, de nuevo, otro retroceso en el camino de Birmania hacia la democracia.
¿Qué está pasando en Birmania?
Desde entonces, la situación en Birmania sigue siendo la misma. Las manifestaciones contra el golpe, inicialmente pacíficas, se encontraron con una represión violenta por parte de las fuerzas militares. Según informes, miles de manifestantes, activistas y civiles fueron detenidos, y se estimó que más de 4,000 personas perdieron la vida en enfrentamientos y actos de violencia perpetrados por el Estado.
A medida que la situación se deterioraba, grupos de resistencia armada han comenzado a formarse, algunos compuestos por civiles y desertores del ejército, buscando combatir la opresión militar. Un reflejo de la ya histórica desesperación de la población por el rechazo a los gobiernos militares.
Por otro lado, la crisis de los Rohingya, aunque se produjo antes del golpe, continua siendo un problema humanitario importante. La comunidad internacional sigue manteniendo la presión sobre el régimen militar para abordar esta y otras violaciones de derechos humanos, pero, por desgracia, con poco éxito.
En este contexto, Birmania se encuentra cada vez más aislada, y en una situación, por desgracia, de gran incertidumbre, política, económica y social. Un país con una gran tradición histórica y cultural detrás, recorriendo un tortuoso camino en busca de la paz, la libertad y la democracia.
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